viernes, 3 de octubre de 2014

La Vias de la Plata: Calzada - Cañada / Cañada- Calzada - 5




CALZADA DE LA PLATA 
A pesar de la importancia de primer orden que tuvo esta línea de comunicación del Oeste peninsular, la bibliografía al respecto es exigua y el deterioro que va sufriendo el patrimonio ligado a ella hace cada vez más difícil su seguimiento. El testimonio de viajeros y eruditos en búsqueda de los miliarios, mansiones y demás restos arqueológicos que jalonaban esta vía, así como los trabajos universitarios de finales de siglo, son la escasa base para su identificación. La calzada romana surge ante la necesidad, por parte de las tropas romanas, de un camino sin obstáculos que agilice su avance en la conquista del Oeste peninsular. Utilizando la antigua senda tartesia - que desde la actual Andalucía se adentraba por el occidente hacia la Meseta - se construye la calzada militar, guarnecida con plazas fuertes desde Medellín hasta los alrededores del Puerto de Béjar. Cuando se impone la Pax Romana vira el interés de los invasores hacia el oro de las tierras el Noroeste y así surge, con todo sus esplendor, la Calzada de la Plata. Con una anchura de cinco metros, tres capas de afirmado y cada milla un miliario de dos metros de altura, el trazado primitivo llegó a conservarse en gran parte hasta el siglo XVIII. Cada 20 ó 30 kilómetros se establecía una especie de posada, llamada mansio, algunas de las cuales han permanecido a través de los siglos y han evolucionado a núcleos importantes de población como por ejemplo Emérita Agusta (Mérida), Salmantice (Salamanca), Ocelo-duri (Zamora), Brigaecium (Benavente) y Asturica Augusta (Astorga). Conservada con cuidado por los emperadores romanos, pierde su importancia cuando la monarquía visigoda se establece en Toledo, es espectadora muda de las luchas con los árabes en el pro-ceso de la Reconquista y, a pesar de todo ello, en el siglo XIX sigue siendo, un gran parte del trazado, el único camino general por el Oeste península, hasta la construcción a finales del mismo de la línea férrea Plasencia -Astorga. Su deterioro final se cifra en desuso de la misma por la aparición de las carreteras, siendo la N - 630 la moderna "calzada" que, apropiándose de su nombre, ha dejado quizás sepultado bajo su asfalto parte de su trazado pero no su historia ni el patrimonio a ella asociada. El estudio detallado del trazado histórico de la calzada de la Plata se debe a José Manuel Roldan Hervás (Catedrático y Director del Departamento de Historia antigua de la Universidad Complutense de Madrid) quien ha plasmado sus investigaciones entorno a esta vía en su libro Iter ab Emérita Asturicam. También hay que tener en cuenta las indagaciones realizadas por el ingeniero de caminos norteamericano Ernest Loewinson que aporta datos novedosos y complementarios Así como los magníficos trabajados de Isaac Moreno Gallo, Juan Gil y Diego Miguel Muñoz Hidalgo.