domingo, 30 de marzo de 2014

La Vía de la Plata: Calzada - Cañada / Cañada - Calzada - 1




La Vía Lata o Iterab Emérita Asturicam ha derivado en una ruta que vértebra el occidente peninsular desde el Cantábrico Asturiano hasta el Guadalquivir Sevillano, en la puerta del Atlántico. Efectivamente, su primera definición corresponde a la cultura de Roma, que la utilizar como instrumento de colonización y dominio desde sus bases héticas. La ruta que habían recorrido las aves, los herbívoros y todos aquellos pueblos que habían sido forzados a buscar el Estrecho como recursos de supervivencia, en uno o en otro sentido, por decirlo de alguna manera, se institucionaliza. En ella se apoya Roma para la explotación de los metales y la guerra contra lusitanos, velones, iberos, astures, etc. 


Nunca dejar ya de ser la columna vertebral del occidente, aun cuando su control haya sido disputado o su continuidad interrumpida. El Bajo Imperio sigue organizando el espacio rural alrededor de un sistema de comunicaciones arborescente, cuyo eje indiscutible sigue siendo la Vía. La vieja Emérita no se ve reducida bajo el dominio visigodo. 


Antes al contrario, se convierte en una referencia administrativo-religiosa del conjunto peninsular. Mantiene su jerarquía de centro urbano rector que proyecta su influencia tanto hacia Sevilla como hacia los Campi Gothorum de la meseta del Duero. Proyectos todavía poco conocidos sobre la instalación humana y establecimiento del monacato, encontrarán su origen en la obra de obispos emeritenses como Massona, a través del topónimo Olalla o Eulalia, por ejemplo. 



La versión tradicional de la irrupción africana del s. VIII otorga a la vía un papel casi determinante, más o menos caricaturizado por el trasiego de las campañas entre Córdoba y Santiago de Compostela. Queremos creer, sin embargo, que ya entonces se produce algún modo de trashumancia entre los invernaderos extremeños y los veraneaderos leoneses, de manera que ser el control de los pastos el origen y objetivo de los enfrentamientos entre la administración califal o las taifas posteriores y los emergentes reinos cristiano-medievales. Porque los orígenes toponímicos se incardinan en el Medioevo y definen una realidad ganadera de pujante influencia social, económica y política. La lana se convierte en uno de los pilares de la economía, lo que aconseja a todos los poderes proveerse de "extremaduras".

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