martes, 21 de mayo de 2013

Caminos Ganaderos: Vías Pecuarias - 6






La vía pecuaria en sí, es un elemento cultural de primera magnitud, ya que la carga histó­rica que posee es grande. Se trata, como es sabido, de centenarios caminos que han pervivido a muy distintas circunstancias históricas y que coinciden, en no pocas ocasiones, con el traza­do de importantes ejes viarios prerromanos y romano - visigóticos. Existen incluso, estudios que sostienen la existencia del fenómeno de la trashumancia en períodos protohistórico.
Además de este valor histórico intrínseco, en ocasiones, los elementos constitutivos de la vía pecuaria, o bien sobre los que se creó ésta, incrementan de forma notable su valor.
Abrevaderos, puentes, chozos de pastores, descansaderos, majadas, puertos reales, mojo­nes, ermitas mesteñas, casas de esquileo, lavaderos de lana, etc., son elementos complementa­rios al sistema de vías pecuarias que no deben perderse, y que enriquecen a estos caminos. Asimismo, ligado a este sistema se ha desarrollado una rica cultura pastoril que comprende, desde un lenguaje propio o una gastronomía característica, hasta unas formas de vida y tradiciones artesanales propias, que constituyen una parte importante de nuestro acervo cultural a conservar.
Por cañadas y cordeles no sólo viajan animales y personas, sino que les acompaña todo un sistema de cultura propia, en movimiento permanente, capaz de unificar y difundir sus ca­racterísticas entre zonas alejadas entre sí del territorio hispano. Hemos de subrayar el impor­tante papel que han cumplido las vías pecuarias como arterias por donde han fluido tradiciones, costumbres, formas de habla, canciones, bailes y otras manifestaciones folclóricas que han ido y venido de unas regiones a otras, teniendo como portadores a los ganaderos tras­humantes.

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