La
pastoril es una cultura con señas de identidad propias, conservadas hasta el
presente. El grupo pastoril ha sido el transmisor de una cultura milenaria que
se remonta al Paleolítico en algunos aspectos. Una cultura, la pastoril, que se
halla en la raíz de la idiosincrasia de muchos pueblos hispanos, a pesar de
que apenas se perciba hoy el primitivo origen ganadero de muchas tradiciones y
manifestaciones folclóricas por haber sido asumidas tan tempranamente por el
acervo cultural de muchas de esas comunidades regionales.
Es
la pastoril una cultura ecológica fuertemente ligada al medio físico de la
dehesa, donde se desenvuelve la actividad pecuaria. Exhiben los ganaderos un
conocimiento riguroso del relieve de la dehesa. Y de la flora y fauna, sobre la
que desarrollan una visión interesada en función del beneficio o perjuicio que
le proporciona. El tiempo no lo miden de forma convencional, sino que se rigen
por los astros. Los cambios climáticos alcanzan un gran relieve en la
mentalidad pastoril, pues en definitiva son los que determinan los movimientos
por cañadas y cordeles.
Es
legitimo referirse a una “arquitectura pastoril”, de primitivo diseño circular,
lo que la emparenta con las culturas castreñas. La tendencia autárquica, en
parte, de su sistema productivo les llevó a confeccionarse en otros tiempos sus
propias ropas de pie a les, su impedita (zahones, colodras, morrales, abarcas,
etc.).
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