Algunos emisario detallaban cuidadosamente
el camino entre dos poblaciones, especificando si el terreno era liso, llano,
ondulado o repleto de cuestecitas, si el lugar se hallaba en un alto, un
altillo o una ladera, si se encajaba en un valle, un vallecito, un vallejo, un
vallejuelo, en una hoya, si estaban en la ribera de un río, junto a una
peñezuela alta o en un cerro muy agro. Se indica la posición de algunas sierras
respecto a las poblaciones: a mano derecha, izquierda en las cercanías o en el
caso de Riaza «en llano al pie de la
sierra». No suele hacerse mención a grandes sistemas montañosos, siendo más
frecuentes los puertos de montaña que los atraviesan. Las referencias a los
caminos son muy escasas pero las características del terreno (llano, doblado,
pedregoso, pizarrales, yescales...) son aplicables a las vías de comunicación.
Apenas se alude a su estado, anchura o categoría, y solo puntualmente se indica
que son aptos para la circulación de carretas. Se reseñan dos grandes vías de
comunicación, la Vía de la Plata en
el tramo extremeño y el Camino de Santiago, que aparece citada una vez
—de forma escueta— entre León y Astorga. Junto a esta información, algunos
viajeros señalaban la presencia de bosques, detallando si eran de robles,
guindos, castaños, olivos, moreras, sabinas, chaparrales, alcornoques,
madroños, quejigos, enebros, garrofales (algarrobos), encinas (a veces llamadas
laudes), reboredos (que dan bellotas), pinos o álamos. No se olvidaban de
arbustos como matorrales, atochares, brezales o brecedales, lentiscares e
incluso la singularidad de los jarales en Ponferrada. Cerca de 500
descripciones incluyen información sobre los cultivos, distinguiéndose en las
zonas castellanas y leonesas las tierras de pan (trigo), de labranza (cereales
y leguminosas), viñedos, huertos, lino, panizos (maíz), asenjolín (sésamo) y
prados, con detalles singulares como las guindas de Dueñas o las frutas de
Ayllón, Apenas hay noticias de la actividad ganadera, la caza o la pesca y no
se alude a posadas o villas, lo que nos hace suponer que los hombres de Hernando
Colón dormían bajo la protección de las autoridades municipales. También
explican varias características de las villas y ciudades más destacadas,
señalando —siempre de forma telegráfica— las peculiaridades de sus torres,
fortalezas, catedrales, iglesias o monasterios. Son frecuentes las referencias
a murallas y baluartes —410 en total54—, de las que a veces se indica la altura
de los muros y material de construcción. Apenas se señalan castillos aislados, no
se anotan universidades ni centros de formación y son pocas las alusiones a
ferias o mercados.
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